El hormigón es un material que permite jugar con sus formas, texturas y colores. Es una ilustración perfecta de todas estas cualidades. Esta técnica consiste en crear en la superficie del hormigón fresco, con la ayuda de unos moldes aplicados sobre la misma, textura y diseños de diversas formas y colores.
Se utiliza tanto para interiores como para exteriores, y combina la resistencia, durabilidad y menor coste del hormigón con la estética de otros pavimentos a los que se asemeja.
Con este método se pueden obtener diseños similares a elementos naturales como la madera, pizarras, piedras, adoquines, losetas, baldosas… sin los clásicos problemas de despegado o rotura de los mismos. Es posible realizar también diseños originales, o conseguir otros efectos diferentes como envejecimiento, veteados, etc.
Todo ello, junto con los endurecedores impermeabilizantes, lo han convertido en un sistema de pavimentación de extraordinarias cualidades mecánicas, resistente y duradero a la par que atractivo.