Cuando hablamos de suelos para aparcamientos, el nivel de exigencia debe ser el adecuado. En primer lugar, debe de ser antideslizante para proporcionar la seguridad suficiente cuando el vehículo circule con los neumáticos mojados. Una adherencia adecuada y segura que proporciones un buen agarre, especialmente cuando se trata de motociletas. En segundo lugar, debe de ser resistente a la abrasión para las zonas que sufren más desgaste como en zonas de alta maniobrabilidad, rampas y curvas.
Además, el pavimento debe ser resistente a la caída ocasional de carburante o aceites al mismo tiempo que éstos sean fáciles de limpiar.
Este sistema tiene un comportamiento excelente y de larga durabilidad. Proporciona una superficie de elevada adherencia y flexibilidad con el fin de que no se produzcan desprendimientos y deformaciones ocasionadas por la acción de las cargas que actúan sobre él. Aunque hay que remarcar que las cargas transmitidas por cubiertas de coches, motos, ciclomotores o camionetas presentan una incidencia leve sobre el pavimento.