En el sector industrial, es muy habitual que el responsable de mantenimiento o de producción se encuentre con la necesidad de realizar actuaciones de mejora del pavimento, ya sea para recuperar sus prestaciones o para transmitir de nuevo una buena imagen. Con el paso del tiempo, se encuentran con unos pavimentos que ya no cumplen con sus expectativas ni en cuanto al aspecto visual (las instalaciones ya no resultan amables a la vista) ni en el aspecto mecánico, ya que presentan a menudo pequeños desperfectos diseminados por todas partes. Llegado a este punto, toman la decisión de buscar empresas especializadas en la materia, y se adentran en búsqueda de información.
Rápidamente se dan cuenta que para tomar una decisión acertada, hay que conjugar muchos parámetros y no se trata de una tarea nada fácil. Pero antes de abordarlo, hagamos una pausa para echar una mirada atrás y fijarnos en los antecedentes históricos previos.
Es muy probable que sobre la instalación ya se hayan efectuado revestimientos con anterioridad, como por ejemplo un sistema básico de pintado epoxi, o bien, algún sistema más complejo como un multicapa o un autonivelante. Sería bueno hacer el ejercicio de ponderar el coste-efectividad de las soluciones adoptadas anteriormente. En este sentido, conocer el coste de la solución en comparación con la duración en años en que el pavimento ha permanecido en buen estado, permitirá monetizarlo y empezar a desvelar aspectos interesantes. Antes de tomar conclusiones precipitadas y poco fundamentadas, probablemente haya parámetros que en su momento pudieron condicionar el hecho de poner un pavimento u otro. Por ello, una empresa especialista en saber captar la expectativa del cliente y acertar con la elección del sistema de pavimentación adecuada es crucial. Es en este punto donde radica el éxito. Cuando la información está clara y es conocida, se disipan las sorpresas y las decepciones posteriores.
Para reducir y focalizar el problema, podríamos compararlo con resolver una ecuación. Hay varias incógnitas relacionadas entre sí que hay que hallar para obtener la solución. En nuestro caso, como las unas influyen sobre las otras, resolver y comprender cuantas más incógnitas supondrá que se cumpla la igualdad entre el resultado final obtenido y el deseado.
La primera, y la más determinante, es la capacidad económica disponible. La inversión disponible determinará poder acceder o no al sistema más idóneo. Un sistema básico de pintado es más económico que uno más complejo como puede ser un multicapa. Pero la duración en servicio de cada uno de ellos tampoco es comparable. Diferenciar correctamente un pintado de un revestimiento es importante.
La segunda, el número de días disponibles para ejecutar la instalación del pavimento. Un sistema básico de pintado, con igualdad de materiales, requiere menos días que la ejecución de un multicapa.
La tercera, las prestaciones específicas que obligatoriamente debe tener este pavimento. Es muy importante saber si habrá exposición a agentes químicos, exposición a altas temperaturas, requisitos de conductividad, grado de capacidad antideslizante en entornos mojados… son solicitaciones que no se pueden obviar, pues condicionarán la idoneidad del sistema de pavimentación a utilizar. Sin embargo, tampoco hay que olvidar que antes de revestir, hay que hacer correctamente las reparaciones de desperfectos y juntas pertinentes. Reparaciones mediocres se traducen en desperfectos que afloran con brevedad.
Y las tres juntas, deben ser capaces de adoptar una textura de acabado que sea segura en términos de deslizamiento, (siempre y cuando se utilice el calzado adecuado) y al mismo tiempo su limpieza no sea excesivamente dificultosa. Por ello, establecer un programa de limpieza periodificado correctamente y dinámico en cuanto a que se altere de acuerdo con en nivel de producción del momento, y ejecutado con los medios adecuados, hará que la instalación luzca permanentemente en el tiempo. En este sentido, si las limpiezas tienen la frecuencia adecuada, el operario que lleva a cabo la tarea podrá, en poco tiempo, tener la instalación limpia rápidamente. Si el programa de limpieza se dilata demasiado en el tiempo, o no se ajusta bien la frecuencia en los momentos de alta producción, hará que la suciedad se acumule rápidamente y sacarla sea muy dificultoso con los medios de limpieza propios, habiendo acudir a la ayuda de una empresa especializada para hacer una limpieza profunda de recuperación, con el incremento de coste que ello significa. Por lo tanto, si se puede, es mucho más rentable limpiar más a menudo, a pesar de que la sensación aparente sea la de limpiar sobre limpio. Por otro lado, que las carretillas utilicen rueda blanca ayudará a mantenerlo todo sin marcas de rodadura negras esparcidas por el pavimento.
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